Sócrates y la argumentación en el espejo de la literatura
DOI:
https://doi.org/10.33975/disuq.vol1n1.98Palavras-chave:
filosofía, literatura, retórica, epidíctico, panegíricoResumo
Desde la antigüedad greco-latina viene planteado un problema que aún persiste en nuestros
días ¿cuál es el estatuto que nos permite distinguir claramente la especificidad de un texto
escrito? La necesidad de presentar a uno de los filósofos más emblemáticos, Sócrates, a las
nuevas generaciones creó un reto difícil de superar. El hecho de que este pensador no
dejara obra escrita ni planteara una teoría específica, pero al tiempo fuese un ejemplo de
pensador y de vida, hizo a los que le conocieron, se propusieran reconstruir esta difícil
faceta de una forma vívida. Tanto Platón, Jenofonte, Antístenes y Esquines, los más
conocidos biógrafos de Sócrates, tuvieron que ingeniárselas para hacer pasar a la historia a
este genial filósofo. Según noticias de Werner Jeager en la época de estos filósofos se
usaba una forma estilística denominada Enkonion o Elkonion, para hacer un retrato escrito
de una persona importante, una especie de panegírico que Aristóteles en su Retórica
clasifica como perteneciente uno de los géneros de la argumentación: el género epidíctico.
En el análisis de este género discursivo se puede observar tal problemática. Por ejemplo los
Diálogos de Platón, cuyo personaje central es Sócrates, están a medio camino entre lo que
hoy conocemos como filosofía, retórica y literatura, y que en aquella época no se hacía tal
distinción tajante como se hace hoy en día. Analizando la estructura de las diferentes
presentaciones del filósofo podemos ver claramente que el problema que se les presentó a
los biógrafos fue de retórica que es la base que fundamenta los discursos filosóficos y
literarios.